PERCAL
Muchos tangos hablan del percal.
Percal era una tela de algodón muy económica con las cuales, generalmente, las mujeres hacían sus vestidos. Estamos hablando más o menos del 1900 a los años 30.
Buenos Aires, para los años 30 ya era una ciudad moderna al mejor estilo de las grandes urbes europeas. Esta nueva urbe asfaltada y con luz eléctrica llegaba a lo que hoy conocemos como el microcentro, del río hasta el Congreso de la Nación. Después empezaban las calles de tierra y los arrabales. Los arrabales conservaban la Buenos Aires colonial, gaucha y criolla.
Una era rica, con asfalto, luz y tranvía. La otra pobre con calles de tierra, alumbrado a querosene, carretas y corralones. Una con aires de parisinos y “higth life” y la otra de mate, bares de caña, faja, cuchillo y tangos. Una de seda, la otra de percal.
De las muchachas vestidas con percal, símbolo que distinguía a las pibas de los arrabales, el lunfardo las llama cariñosamente “percantas”.
“Percanta que me amuraste
en lo mejor de mi vida,
dejándome el alma herida
y espina en el corazón…”
(Mi noche triste. Tango 1916. Música: Samuel Castriota, Letra: Pascual Contursi)
Muchos poetas del tango hicieron referencia al percal, de hecho hay un nombre que lleva su nombre: Percal
“Percal...
¿Te acuerdas del percal?
Tenías quince abriles,
anhelos de sufrir y amar,
de ir al centro, triunfar
y olvidar el percal.”
(Percal. Tango 1943. Música: Domingo Federico. Letra: Homero Expósito.)
El tango como cultura identitaria del pueblo porteño tiene muchos símbolos, le percal es uno de ellos. Un símbolo del arrabal que de su origen pobre, humilde y marginal se alza orgulloso, que defiende y enaltece porque es suyo y lo que se ama no tiene distinción.
El percal sencillo se erige del lodo nauseabundo como una flor de loto, sencilla pero lleno de belleza.
Así es el tango y toda su cultura, por eso el tango conquista porque lleva en sus entrañas todo los bueno y malo del ser humano.
La pobreza extrema que caracterizó a los arrabales puso como contraste símbolos del arrabal y del centro: del barro al asfalto. El lengue y el cuello duro. El charol y el taco militar. La seda y el percal…y la lucha a veces desesperada por vivir mejor como las pebetas que se piantaban del barro al asfalto dejando al bulín del conventillo.
“¡Qué progresos has hecho, pebeta!
Te cambiaste por seda el percal...
Disfrazada de rica estás papa,
lo mejor que yo vi en Carnaval.”
(Carnaval. Tango 1927. Música: Anselmo Aieta. Letra: Francisco García Jiméne.)
Percal, junto con el lengue, el cuchillo, el funyi, el lunfardo y el tango son símbolos identitarios de los arrabales porteños, la cuna del tango y la identidad de Buenos Aires.
Percal era una tela de algodón muy económica con las cuales, generalmente, las mujeres hacían sus vestidos. Estamos hablando más o menos del 1900 a los años 30.
Buenos Aires, para los años 30 ya era una ciudad moderna al mejor estilo de las grandes urbes europeas. Esta nueva urbe asfaltada y con luz eléctrica llegaba a lo que hoy conocemos como el microcentro, del río hasta el Congreso de la Nación. Después empezaban las calles de tierra y los arrabales. Los arrabales conservaban la Buenos Aires colonial, gaucha y criolla.
Una era rica, con asfalto, luz y tranvía. La otra pobre con calles de tierra, alumbrado a querosene, carretas y corralones. Una con aires de parisinos y “higth life” y la otra de mate, bares de caña, faja, cuchillo y tangos. Una de seda, la otra de percal.
De las muchachas vestidas con percal, símbolo que distinguía a las pibas de los arrabales, el lunfardo las llama cariñosamente “percantas”.
“Percanta que me amuraste
en lo mejor de mi vida,
dejándome el alma herida
y espina en el corazón…”
(Mi noche triste. Tango 1916. Música: Samuel Castriota, Letra: Pascual Contursi)
Muchos poetas del tango hicieron referencia al percal, de hecho hay un nombre que lleva su nombre: Percal
“Percal...
¿Te acuerdas del percal?
Tenías quince abriles,
anhelos de sufrir y amar,
de ir al centro, triunfar
y olvidar el percal.”
(Percal. Tango 1943. Música: Domingo Federico. Letra: Homero Expósito.)
El tango como cultura identitaria del pueblo porteño tiene muchos símbolos, le percal es uno de ellos. Un símbolo del arrabal que de su origen pobre, humilde y marginal se alza orgulloso, que defiende y enaltece porque es suyo y lo que se ama no tiene distinción.
El percal sencillo se erige del lodo nauseabundo como una flor de loto, sencilla pero lleno de belleza.
Así es el tango y toda su cultura, por eso el tango conquista porque lleva en sus entrañas todo los bueno y malo del ser humano.
La pobreza extrema que caracterizó a los arrabales puso como contraste símbolos del arrabal y del centro: del barro al asfalto. El lengue y el cuello duro. El charol y el taco militar. La seda y el percal…y la lucha a veces desesperada por vivir mejor como las pebetas que se piantaban del barro al asfalto dejando al bulín del conventillo.
“¡Qué progresos has hecho, pebeta!
Te cambiaste por seda el percal...
Disfrazada de rica estás papa,
lo mejor que yo vi en Carnaval.”
(Carnaval. Tango 1927. Música: Anselmo Aieta. Letra: Francisco García Jiméne.)
Percal, junto con el lengue, el cuchillo, el funyi, el lunfardo y el tango son símbolos identitarios de los arrabales porteños, la cuna del tango y la identidad de Buenos Aires.
Muy buena explicación. Siempre me pregunté que era el percal. Sabia que era una tela, pero tenía que haber algo más. Gracias!
ResponderEliminarViva la grande Argentina y su gente llena de orgullo y tradición. Espero que el paso de los años no borre esta linda cultura del tango. Saludos y abrazos desde Colombia.
ResponderEliminarArgentina no es otro país, es otra dimensión y Baires y el Tango y las milongas no se pueden explicar. El arte no vive en Baires... Buenos Aires es el arte y su gente los artistas. Todo mi amor desde Costa Rica y España.
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