La entrega en el Tango
Hay un detalle sutil a la hora de bailar tango.
Escapa de la técnica y de la destreza del bailarín. Es algo que se puede explicar pero no se puede transmitir. Es lo primero y lo máximo en la danza del tango.
Es lo que hace que los casi 3 minutos que dura un tango sea un verdadero “amor”.
Estamos hablando de la entrega.
La entrega es algo tan personal que es la primera barrera a romper tanto para la mujer como para el hombre. Entrega es confianza sin más.
Cuando dos miradas se invitan y dos cuerpos se acercan solo queda esa espontanea fusión de dos torsos haciéndose uno.
La entrega lo es todo. La entrega hace que te olvides del bailarín/a y te conviertas en al danza.
Sin entrega falta tango, solo es técnica con un poco más o menos de destreza.
La entrega es confianza. La entrega genera aceptación mutua, quita tensión y alienta el disfrute.
La aceptación nos da confianza y la confianza deja libre la creatividad. El baile deja de ser un baile para convertirse en una danza. Esta esta o no esta, empieza practicamente con la mirada y se intensifica en cada paso.
Esto lo genera la confianza; y en la danza del tango, la confianza en el otro fundido en el abrazo nos libera para sentir el embrujo de la música y dejar que esta se exprese a través de nosotros.
Tu técnica, tu escuela, tu estilo se vuelve sublime en la entrega. Nos lleva al punto de lograr la máxima aspiración a la que se puede llegar: la comunión (la común unión) de dos personas convertidas en una.
Escapa de la técnica y de la destreza del bailarín. Es algo que se puede explicar pero no se puede transmitir. Es lo primero y lo máximo en la danza del tango.
Es lo que hace que los casi 3 minutos que dura un tango sea un verdadero “amor”.
Estamos hablando de la entrega.
La entrega es algo tan personal que es la primera barrera a romper tanto para la mujer como para el hombre. Entrega es confianza sin más.
Cuando dos miradas se invitan y dos cuerpos se acercan solo queda esa espontanea fusión de dos torsos haciéndose uno.
La entrega lo es todo. La entrega hace que te olvides del bailarín/a y te conviertas en al danza.
Sin entrega falta tango, solo es técnica con un poco más o menos de destreza.
La entrega es confianza. La entrega genera aceptación mutua, quita tensión y alienta el disfrute.
La aceptación nos da confianza y la confianza deja libre la creatividad. El baile deja de ser un baile para convertirse en una danza. Esta esta o no esta, empieza practicamente con la mirada y se intensifica en cada paso.
Esto lo genera la confianza; y en la danza del tango, la confianza en el otro fundido en el abrazo nos libera para sentir el embrujo de la música y dejar que esta se exprese a través de nosotros.
Tu técnica, tu escuela, tu estilo se vuelve sublime en la entrega. Nos lleva al punto de lograr la máxima aspiración a la que se puede llegar: la comunión (la común unión) de dos personas convertidas en una.
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