"SOY UN PATA DURA"

Hace poco, en la boda de una pareja amiga en la mesa que me tocó compartir con los familiares y amigos de ellos surgieron conversaciones amables, entre ellas a que nos dedicamos cada uno/a.

"Enseño a bailar tango" les dije y como ocurrió en muchas conversaciones similares en el pasado es común que algunas personas, especialmente los hombres, te digan: "Siempre quise bailar tango ...pero soy un para dura".

En la mesa también estaba una pareja joven con su niña de cinco años la cual se aburría y se estaba durmiendo y le insistįa a los padres de irse a casa.

La madre hacia malabares para hacerle comprender que recién empezó la boda y que se quedarían un largo rato.

A continuación mis amigos bailaron el vals de los novios, que decidieron hacerlo con un valsecito criollo, "Desde el alma" interpretado por la orquesta de Osvaldo Pugliese.

Luego vinieron la fotos con los novios y después brindis, comida y pachanga!!


"Todos a bailar, todos a bailar..."

Siempre en la las fiestas donde está la familia o compañeros de trabajo te ponen música alegre para que se anime todo el mundo a bailar aunque no sepas bailar lo que suena pero lo importante es divertirse y el baile es una expresión natural del espíritu festivo que llevas dentro.
Unas copas y un cotillón payasesco te invitan a quitarte la formalidad y te invitan a hermanarte a esos cielos en movimiento con salsas, cumbias, Riqui Martín , la mayonesa, pechito con pechito, etc, etc.

La niña que se dormía poco a poco al ver a los mayores bailar y estos a soltarse al ritmo festivo empezó a bailar desenfrenadamente con los adultos. Su cara era puro éxtasis. Tal era el punto de su éxtasis que la energía le sobraba para seguir bailando después de una hora antes de los postres.

Un niño es el mejor ejemplo de que, cuando alguien te dice que es un pata dura, que no es cierto. No existen los niños para dura.

A todos los niños les gusta bailar, ellos sienten la música y aunque no sepan de técnica y coreografías su espontaneidad los hace exquisitamente rítmicos.

Todos fuimos niños y tenemos ese niño/a adentro que al igual que la niña que describo sale a bailar sin más cuando escucha la música.

Por eso se y me experiencia como profesor lo confirma que el pata dura no existe. A lo sumo existe un niño interior que está olvidado, dormido, aburrido...

Cuando me dicen: "soy un para dura", solo tenés que invitar a tu niño interior, ese que nació con vos y que te invitará a disfrutar el éxtasis de la danza.

Dejá que aparezca. Quizás te olvidaste de que alguna vez fuiste un niño y te querías ir a casa cuando te aburridas en una fiesta de adultos hasta que apareció la música.

Por eso sí te gusta el tango o la danza que sea , date la oportunidad de vivir el éxtasis de bailar.


GUILLERMO BRIZUELA






Instructor y bailarín de Tango
www.miescueladetango.com.ar


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